sábado, 6 de abril de 2013

La felicidad en Llamas. Sebastian Elichiry

La señorita Berta Young permanecía con la cabeza gacha, mirando el borde del escritorio del inspector.  
Afuera llovía incesantemente.  El vestido blanco de Berta tenia en el hombro una rotura y una mancha negra que abría la tela quemada, las mejillas pálidas tenían manchas de carbón que dos hilos de lagrimas limpiaban, dando al rostro un aspecto de màscara o de pintura tribal de algún país extraño y lejano.  
El inspector Talbot miraba por la ventana,mientras un rayo caía no muy lejos del departamento de policía, los vidrios temblaron por un momento y Berta sobresaltada saliò de su abstracción. Observò el cartel de bronce que decía William Talbot, “Inspector de Policía”, luego sintiò que la miraba fijamente con la pipa apagada en sus manos. El inspector era un hombre de unos treinta y pico de años, que un bigote finamente cuidado y el pelo engominado hacían parecer mayor.  

Talbot- Dice usted que… un rayo como el que recién cayó fuè el que inicio  en el peral,  el fuego y que ese mismo fuego incendió el jardín y los tulipanes hasta llegar a la casa…?? 

El inspector Talbot hablaba calmo, pausado, con espacio entre cada palabra. Su rostro, oculto por un par de anteojos con cristales  ligeramente  oscuros parecía incorruptible, y frio. 

Berta- Así fué… 

Talbot- Donde estaba usted y su marido? 

Berta- Acostados naturalmente… 

Talbot- Despiertos? 

La pregunta tomó por sorpresa a Berta y debajo de las manchas en sus mejillas asomó un color rojo, se paso las manos por la cara, desfigurando la mancha de carbón y el surco de lágrimas, ahora la máscara estaba deshecha 
El inspector Talbot, muy observador, vió como asomaba un suave color rojizo en ese rostro. 

Berta- Perdón? 

Talbot-  pregunte si estaban despiertos ? 

Berta- Dormíamos, bueno ,Harry dormía, yo estaba desvelada.  
Dormía de a ratos, la lluvia me despertó y los truenos me asustaron…Cuando cayó el rayo en el árbol  sentí como si se hubiese descargado  en medio de la casa, todo tembló y una luz blanca lo invadió  todo… 

Talbot- Entonces usted no dormía, su marido reaccionó ante el ruido? 

Berta- No, Harry tiene 

Talbot- Tenia(interrumpiéndola) 

Berta- Tenia un sueño pesado, muy profundo, rara vez se despertaba en la noche. 

Berta rompe en llanto.  
El inspector saca un pañuelo blanco de su solapa y se lo acerca a la señorita Young mirándola fijamente. Ella toma el pañuelo y  limpia sus ojos , y solloza con el rostro tapado por el pañuelo, cuando logra dominar el llanto, el pañuelo esta completamente manchado de negro. 
Berta lo mira un instante.  

Berta- Lo siento… 

Talbot- No se preocupe, consérvelo. Continúe… 

Berta- Me levanté asustada, mire a Harry que dormía placidamente y fui a la habitación de la niña.  
La niña dormía también, era como si nadie hubiese notado aquel sonido espantoso, luego bajé al salón, ninguna de las personas de servicio  andaba por ahí.  Ví a  travez de las cortinas que algo muy grande ardía, no pensé que fuese el peral. Me acerqué hasta la ventana  corrí las cortinas, y ahí vi el  desastre; no solo el peral ardía, sino que dos líneas de fuego se extendían hacia los lados, me paralicé,y me quedé absorta mirando unos segundos 

Talbot- segundo o minutos. 

Berta- No lo sé! Podrían haber sido segundos o un siglo! Estaba espantada, di unos pasos hacia atrás y con un impulso extraño, abrí las ventanas. 

Talbot- no pensó en llamar a los bomberos?, abrir las ventanas hizo que entraran las llamas, puso en peligro la casa! 

Berta- En ese momento no percibí que el fuego estaba llegando a la casa, parecía alejado, me horrorizó ver mi hermoso peral, y mi  jardín ardiendo 
.Luego corrí hasta el árbol y ahí vi  realmente lo que pasaba, giré pero era tarde, el fuego había prendido las cortinas y sobresalían hacia fuera del gran ventanal, me sentí atrapada y grité… 

Talbot- ahí si, su marido despertó. 

Berta- Si despertó. 

Talbot- Es extraño que no haya despertado con el rayo y si con su grito… 

Berta- Somos, bueno… éramos marido y mujer, quiero pensar que mi querido Harry tendría una percepción especial con su mujer si esta estaba en peligro… 

Talbot- Percepción especial?, supongamos que si. Que paso después… 

Berta- Me desmayé unos segundos supongo, porque desperté en el piso, rodeada de fuego, me desesperé, me  incorporé y ahí lo vi.  Harry con una de las sirvientas con la niña en brazos, Harry le hizo una seña de que salieran de la casa, nos quedamos el y yo, el dentro y yo fuera, el fuego ya había subido a las habitaciones… 

Talbot- Ahí alguien ya había llamado a los bomberos, una tal mis Harriet, es correcto?, una dama de servicio de la casa. 

Berta- Supongo, no sè quien llamó a los bomberos… 

Talbot- Ni usted, ni su marido, el registro dice Ann Marie Harriet. 

Berta- Así habrá sido. 

Talbot- Continué…Como muere su marido?, que es lo que usted ve?… 

Berta- Nos quedamos solos, había un hilo de llamas que impedía que Harry saliera de la casa, había también fuego en el techo y las  cortinas volaban ardiendo, Harry miraba en todas direcciones, dudaba de saltar para llegar a mi, entonces me hacia señas de que yo vaya a el… di unos pasos, estábamos muy cerca realmente… 

Talbot- Entonces?! 

Berta- Hubo un ruido, de madera quebrándose,  miré hacia arriba y parte de la ventana y del techo cayeron sobre Harry, yo alcance a saltar hacia atrás, y ya  no lo vi más, solo fuego, entonces…cayó otro rayo en algún lado y se largo a llover furiosamente. 

Berta estalla en llanto. El inspector que se había sentado frente a ella para escuchar el relato se queda un minuto absorto, se quita los anteojos y se frota los ojos. 
Afuera seguía lloviendo, llovió desde el momento de la tragedia  unas cuantas horas más. 
La lluvia parecía un recordatorio del horror que había sufrido esa mujer.  

Talbot- Por suerte la niña y el personal de la casa están bien, es suficiente señora Young, ya puede irse. 

Berta se levanta, se limpia la cara con el pañuelo del inspector  gira para irse pero  se detiene, vuelve a mirar al inspector y le ofrece la mano. El Inspector se levanta y le da la mano.  

Berta- Gracias Inspector. 

Talbot- Descanse y vaya con su hija que debe necesitar de su madre. 

Berta Young salió del despacho del inspector. William Talbot arrojó  el tabaco de su pipa a un cesto, la limpio y la cargo nuevamente. 
Fuè hasta la ventana que daba al patio central del cuartel general y  vió como la señora Young y su hija subían a un automóvil negro protegidas con un paraguas que llevaba un agente, unos amigos de la familia habían venido a buscarla.  
Antes de subir al auto Berta miró hacia arriba, como si intuyese la mirada de Talbot. Afuera seguía lloviendo. El auto arrancó y salio del lugar. Talbot miro el cielo gris y vio cruzar un rayo de una nube a otra. 

¿Qué va pasar con que? Preguntó Harry,  respondiendo al sorpresivo grito de su esposa.  
Berta giro sobre si y miró a su marido, detrás el Peral brillaba por unos instantes mas, una nube densa cubrió rápidamente a la luna, dejando el jardín en penumbras. Berta entendió el pensamiento que compartía con  Mis Fulton. “¿Tu también?”.  repetía en su cabeza como un eco eterno. 
Berta corrió hasta los brazos de Harry, “Nada, mi cabeza que vuela a lugares absurdos, absurdos! Te amo tanto” . Berta y Harry se besan apasionadamente y rápidamente suben a su habitación. Esa noche La joven pareja hace el amor apasionadamente, como nunca. Harry cae rendido a un costado de Berta, y al momento se durmió.  
Berta miró a su marido un largo tiempo, desnudo, con toda su masculina  belleza. Se levantó, se vistió nuevamente como se había vestido para la velada”¿Tu también?” volvía el pensamiento que el encuentro intimo con su marido había callado, “¿Tu también?”.  
Ahora podía imaginarse a Mis Fulton decirlo con esa sonrisa, con esa mirada oculta, con su cabeza ladeada, “¿Tu también?” 
Berta bajo las escaleras en silencio, fue hasta el bar del salón, tomo una botella de cristal muy hermosa que contenía una bebida clara como el agua, caminó como un espectro hasta el gran ventanal que daba al jardín,  abrió una sola ventana y salio. Afuera el cielo estaba cubierto de nubes, el sonido de un trueno lejano hizo que  Berta mirara al cielo, ya había pocas estrellas  y la luna, era una mancha blanca detrás de un cúmulo cargado de agua.  
Berta se arrodillo ante el Peral, destapo la botella y arrojo todo su contenido al árbol, en la otra mano tenia un encendedor de intensa llama que apunto al tronco bautizado. 
Rapidamente  el alcohol ardió y  abrazó al árbol. 
Berta permaneció de rodillas frente al árbol. Vio como lentamente la llama trepaba hasta las ramas y luego hasta las flores y las hojas. El calor se hizo insoportable, entonces se levanto y se alejo un poco, con la mirada perdida, con la frase que se repetía en su cabeza, ”¿Tu también?”. 

Harry sintió el crepitar de las llamas, se despertó abruptamente. Una mano golpeaba la puerta de la habitación, a su lado no estaba Berta, se levantó, se puso la bata y abrió la puerta, delante mis Harriet con la niña en brazos y otra criada miraban con desesperación a Harry. “¿Qué paso?” preguntó; las criadas no lo sabían, la casa estaba ardiendo por el jardín le dijeron y la señora estaba afuera, entre las llamas, aparentemente inconciente. 
Bajaron por las escalera, Harry le dio indicaciones a las criadas para  que llamasen  a los bomberos y que salieran  de la casa.  

En el ínterin, ve como Berta permanecía en el centro del jardín, las ventanas estaban abiertas y las cortinas comenzaban a arder, cuando vio salir a las sirvientas volvió la mirada al jardín, pero Berta no estaba, caminó hasta el limite que separaba el salón del jardín. 

Entonces cae un rayo muy cerca, el sonido es atronador, Harry mira hacia arriba, los bordes de la ventana comenzaron a arder, no sabia que hacer , miraba en todas direcciones y no encontraba a su mujer . 

Berta apareció detrás de una de las puertas de cristal de la ventana con la botella de cristal  tomada del pico, Harry se volvió y la miro con una sonrisa, Berta lo miró y sus labios susurraron la pregunta: “¿Tu también?”. 
Harry no supo de donde vino el golpe, solo cayó viendo a su mujer delante de el, una vez en el piso extendió la mano, ella permaneció quieta, entonces, el techo comenzó a crujir 
Un grueso trozo de viga ardiendo cayó y todo fue  llamas, dolor y silencio.-