viernes, 17 de junio de 2016

Nunca la voz de un ángel. Juan Rodolfo Wilcock

Nunca la voz de un ángel imitará tu voz
ni entre follajes trémulos repetirá mis versos,
y jamás en idénticos, cíclicos universos
volveremos a amarnos con este amor atroz.
Bajo extraños crepúsculos los otoños rosados
verán caer las hojas sobre las hojas muertas;
no nos verán pasar por las plazas desiertas:
como Corinto y Tebas seremos olvidados.
No quedará ni un signo de nuestra permanencia,
una carta, un anillo con nuestras iniciales;
nadie sabrá en las diáfanas noches equinocciales

que te amé y que me amaste con tanta vehemencia.