miércoles, 11 de noviembre de 2015

"CIRUGÍA SIN INGRESO", Macarena Trigo.

I


Me pregunto qué quieres. Saber o que te diga.
Me pregunto qué piensas.
Si después de este tiempo de amor puesto en el frezzer, aciertas a pensarme por costumbre, por reacción alérgica, es decir, por rechazo, a todo lo vertido sobre esa imagen tuya que solo entre mis manos existe para nada.
Me pregunto qué siente alguien de tu calibre, a quien todos mis versos le patinan, le escurren, como una mala lluvia de domingo a la tarde.

II


Ganarse la vida
suena tan tonto
como comprar
una vida
cuando debiera
ya tenerla
para qué
qué haría
con una
con otra
ni idea
quizá tan solo
esto
gastarla
en madrugadas
rondando
por tu nombre
como largo pasillo
de una guardia
pretender
el olvido
sanitario
practicar
cuarentena
ponerme mil
excusas
donde quiera
que estaba
vivía
antes de vos.


III


Me puse en cuarentena porque toca. Es la mejor medida. Corresponde. Restaura.
Me puse en cuarentena mientras veo llegar tu futuro perfecto, sano como un anuncio made in Oslo.


IV


No quieres saber nada de mi nombre. Ninguna de mis letras te interesa. Vas borrándome en todo como dicen que entonces a ciertos faraones se les desbarataba la existencia. Cosa de un buen escriba, prolijo y aplicado, que deshiciera el tiempo.
Qué hermoso ahora sería oxigenar memoria con un cortocircuito programado.
Press delete.


V


Me voy
despediré
más tarde
a mis tontas
excusas
para
amarte
como si hiciera
bien
o falta
o


lunes, 14 de septiembre de 2015

Un chascarrillo de Juan Salzano

Bagre nuestro que estás en los hielos
magnetizada sea tu hambre
vengan a nosotros tu genio y tu gremio
hágase tu volatilidad así en la guerra (esa niebla) como en el velo
el pantano nuestro de cada espía danos de hoy
y pregona nuestras cornamentas
así como nosotros perforamos a los que nos sorprenden
y no nos dejes caer en la trepidación ni en la hesitación
mas líbanos de sal, enteros, y aumin.

jueves, 30 de julio de 2015

Piernas en la ducha. Mariana Kozodij

El vapor del agua genera fantasmas en la retina. La vista está ahogada por las gotas que atraviesan unas pestañas cargadas de maquillaje negro.
 
Apoya las palmas sobre la pared caliente y mojada, dándole la espalda a la mampara. Sodomizada ante la mirada externa. El calor del agua no genera el típico temblor de la piel expuesta.


Ducha rápida, piensa. Se enjabona el cuello, los hombros, brazos, juega con la suavidad de sus senos. Hace una pausa en el abdomen, pasa por su sexo y empieza a descender espumando sus largas piernas.


Una gota queda sostenida en el muslo derecho hasta que empieza a caer de manera no programada sobre la piel alcanzando su pie. Un discurrir del tiempo que se une con el resto del agua que no pasó por su cuerpo.


Cierra la canilla y abre sus piernas para ganar equilibrio. Deja que se evaporen los vestigios acuáticos respirando una humedad branquial. 

jueves, 11 de junio de 2015

Un poema perdido de Arthur Schopenhauer

“Ornamento de la tribuna, alegría de la cátedra,

cronista de la ciudad, locutor del palco,

perfecto cristiano, perfecto judío, pagano,

por la mañana portador de libros y por la tarde de abanicos,

maestro de todas las siete artes liberales,

el hombre que todo sabe y puede,

flor y corona de los espíritus cultivados,

que tiene amigos mil, a los que nombra”.

domingo, 17 de mayo de 2015

"El Marino que perdió la gracia del mar". Mishima

"No saben ni la definición de peligro. Creen que peligro significa algo físico, hacerse un rasguño y que salga un poco de sangre y los periódicos armando un alboroto. Bien, pues eso no tiene nada que ver con el peligro. El verdadero peligro no radica sino en vivir. Claro está que vivir no es más que el caos de la existencia, y más aún: es el afán loco y erróneo de ir desmantelando instante a instante la existencia hasta ver restaurado el caos inicial, y entonces, con la fuerza que da la incertidumbre y el miedo originado por el caos, volver a recrear instante a instante la existencia. No hay cosa más peligrosa que ésa. La existencia, en sí misma, no comporta ningún miedo, ni ninguna incertidumbre, pero el vivir crea ambas cosas. Y, fundamentalmente, la sociedad carece de sentido, es un baño romano en el que todos se mezclan. Y la escuela, el colegio, no es sino una sociedad en miniatura. Por eso nos están dando órdenes continuamente. Un puñado de ciegos nos dice lo que tenemos que hacer y hace trizas nuestras ilimitadas facultades."

jueves, 15 de enero de 2015

EL VIVIR MARAVILLOSO. Por Aldo Pellegrini

En la extraña frase de Píndaro, “La vida es sólo el sueño de una sombra”, se expresa de modo magnífico todo lo que la vida promete y no se cumple. La vida resulta así una permanente frustración y no depende esto de su fugacidad, pues el tiempo es fugaz en cuanto ningún tiempo alcanza para que el hombre se realice. Lo maravilloso nos impulsa a que la vida sea un sueño que se concrete.


El margen para lo maravilloso que da el mundo convencional es el amor y éste constituye el centro de acción de lo maravilloso en la vida: he aquí que surge de la gran sombra infinita y avanza la mujer. En sus ojos brilla el misterio condensado; a su paso todo vibra y el espacio sufre congoja insoportable de la expectación; de pronto, todo lo que vibra se suspenden un instante intemporal y el día se vacía de luz para darle paso. Ahora está al alcance de mi mano y miles de puertas se abren sigilosamente; la expectación deja de ser la dulzura imperiosa y se oye el rumor del gran torrente que avanza sin interrupción para terminar en el supremo derrumbamiento: el derrumbamiento diáfano.


Así se produce la transformación de la amada por obra del trascender maravilloso del amante. Esta es una trascendencia cuya mas alta expresión se encuentra en los místicos y nadie y nadie la revelo con tanta perfección como Juan de la Cruz, ese gran místico del amor, en su “Noche oscura”:


¡Oh noche, que juntaste
amado con amada
Amada en el amado transformada!


En donde la combinación de la noche -que obtiene el aniquilamiento del mundo exterior- y la enajenación de los sentidos (fenómeno que comparten el místico y el amante) logran la fusión del ser trascendido y del objeto amado que cumple la síntesis de lo maravilloso. Este mismo trascender del sujeto en lo real es la razón también del artista.
El vivir maravilloso exige la negación de lo cotidiano convencional, la rebelión ante la sordidez de la vida corriente; lanza al hombre en todas sus aventuras, lo impulsa a lo desconocido, a la búsqueda del riesgo y del peligro. Se revela en el revolucionario político, en el heterodoxo religioso, en el disconforme de toda índole. En la literatura, el aspecto negador encuentra sus dos grandes representantes en Lautréamont y Kafka y más recientemente en Henry Miller y Antonin Artaud. A ellos se suman todas las voces negadoras que revelan agresividad combativa, su ataque directo a la realidad convencional.


El vivir maravilloso exige una sola condición: la libertad de trascender, el respeto por la aspiración hacia sus moldes infinitos, la compresión de que su esencia es constante renovación. La fuga de la realidad no es sino fuga de los esquemas muertos. La fuga de la vida es tan sólo fuga de la vida horrenda, sórdida, hacia la existencia plena, hacia la realización del destino humano.”