martes, 26 de marzo de 2013

“POR UN CABALLO” Inspirado en un cuento de Isaak Bábel. Sebastian Elichiry

El resplandor del fuego abrazante daba una luz infernal en el bosque no encendido. L a figura negra de un establo, recortaba las llamas. Varios caballos negros huian encabritados , la imagen turbò profundamente al resto de  un destacamento polaco que huìa  desperdigado por el bosque .
 Un caballo con las crines encendidas corre enajenado, rostro del espanto, su carrera acaba con un disparo que surge de un lugar imposible. Los pocos soldados echan cuerpo a tierra; se produce un silencio que solo perturba el sonido de las llamas.

-         Jarek! Eres tú!?
-         Quien va!
-         Soy yo Józef!

Jarek esta temblando, corre hasta Józef y se tira a su lado, la inmensa raìz de un viejo árbol les sirve de trinchera. Józef esta tirado apuntando hacia el establo, le tiembla el pulso también. Los rostros de los polacos brillan con un color naranja, por el sudor de los dos aviva el dibujo del fuego.

Jarek- ¿Lo haz visto?
Józef-¿A quien?
Jarek- al que matò al caballo, al que nos atacò? Lo haz visto?
Józef- no sè de que me hablas, hace rato que estoy corriendo y que no veo a nadie
Jarek-(temblándole el labio inferior)-  mataron al comandante del escuadrón…
Józef-  Lo haz visto? Donde estabas? y donde està todo el mundo?
Jarek- No lo sè, estábamos apostados en la entrada de este caserìo, el comandante Nikolai  reorganizaba al escuadrón para apoyar a la caballería que atacaría por Beresteschko; sabíamos que los cosacos entrarìan por ahí en un par de días y….
Józef- Eso lo sè! Estaba ahí contigo! Se inicio el fuego y nos separaron, yo mismo me fuì con un grupo de soldados a  extinguir las llamas, cuando llegamos al foco, nos encontramos con una imagen terrible.
Alguien había asesinado  a una familia entera, por eso no había nadie en la casa, padre, madre, hijos, ancianos, todos. Rapidamente abandonamos la idea de extinguir las llamas y quisimos volver con ustedes.  El fuego nos rodeò y el grupo se desorganizo, yo empecé a correr al escuchar disparos.
¿ Se enfrentaron ustedes a los cosacos? Hubo una emboscada?
Jarek-¿ Una emboscada? Cosacos? No lo sè, solo vì   a un hombre…
Józef- Un hombre? Un solo hombre?!?!
Jarek- Sì solo un  hombre; corriò entre las llamas, rápido, muy rápido. Primero escuchè varias detonaciones, luego  Alska, Stefan y Aniol cayeron fulminados por certeros disparos que recibieron en la cabeza,  eso sembró el pánico. El escuadròn sin saber de donde venia el ataque se dispersò por el lugar, buscando donde cubrirse…
Józef- Entonces?
Jarek- entonces…entonces!!! Amigo; el horror, empezamos a disparar en todas direcciones, varios cayeron por los disparos de otros compañeros que no sabían a quien le disparaban Vì caer a Rajmud! Delante de mis ojos! Por dios! Tenia tan solo 18 años!!!!
Józef- Dios…
Jarek- Entonces  este solo hombre apareció entre una montaña de heno, Con una pistola matò a un par más de los nuestros. Yo me tirè detrás de un tonel y….
 Pude observar que el comandante trataba de ordenar lo que pasaba. Con el arma empuñada le disparò al cosaco hiriéndolo en el rostro…creí que había muerto…
Józef- ¿Creiste?
Jarek- agachado como estaba,  pensé  que el comandante Nikolai había terminado con ese perro rabioso, asomè la cabeza y lo vì.…el cosaco estaba levantado, con el rostro bañado en sangre, con un tridente atacò al comandante sacándolo de su silla, este cayò al piso y una vez en tierra, el cosaco asesino, enterró màs la herramienta en las costillas del Bravo Nikolai…
Jozef- ¡dios misericordioso!

Los dos soldados se quedaron en silencio, una vez màs el sonido de las llamas inundaba ese bosque negro y rojo.

Józef- Y que paso después?
Jarek- Con el comandante muerto, el cosaco, se acercò a su caballo…
Józef- Ryszard el gris, le llamaba el comandante Nikolai…
Jarek- lo tomò de las riendas, el caballo estaba alterado, pero en seguida, el asesino consiguió tranquilizarlo, se  acercò, lo palmeo, su mano ensangrentada dejo marcas en el cuello del caballo, le murmurò algo  apoyò su cabeza contra el cuello del caballo y sin màs lo monto…
Józef- Por que no le disparaste?!?!
Jarek- Me cubrí con el tonel, rogando a dios que ese hombre no me viera, me quede ahí sin respirar…cuando pasò un buen rato, me asomè y no estaba, arrastrándome lleguè hasta los lindes de este bosque y ahí comencé a correr, sin dejar de mirar atrás y… aquí estoy querido amigo.
Józef- Espantoso es lo que me cuentas pero me da alegría amigo que estemos aquí y vivos!
Jarek- estoy agotado, no sè cuanto tiempo corrì,  no dan mas estas piernas, deberíamos descansar, aunque  el pánico me tiene en vilo…
Józef- podríamos hacer guardias y dormir un poco, yo estoy màs despierto y no cargo con las imágenes de tremendo relato, descansa tu, yo montarè guardia.
Jarek- Gracias amigo.

Jarek- se acomodò hundiéndose en la profundidad de las ramas de ese viejo árbol que ahora era refugio.
 Jozef - cubrió con su capota a su compañero para darle calor y con la mirada fija en la mira de su fusil y el horizonte en llamas se quedò expectante, la noche eludía el frió con un incendio que no se detenía, pero que avanzaba según el viento, lejos de los dos soldados.

Quizà por el calor del fuego, o el cansancio, los ojos de Józef se cerraron.

El frió aire entrò en la nariz de Jozef, el fuego se había alejado y con eso el calor, su rostro estaba helado, su cuerpo permanecía sobre el de Jarek, que ahora era su única fuente de calor, dormía profundamente, el aire olía a pino quemado, flotaban miles de partículas de ceniza a su alrededor como si de una nieve etérea y fantasmal se tratase. Un vapor de animal inmenso asomò por uno de los lados del árbol.
 Józef se sobresaltò, atino a agarrar su fusil pero no lo tenia, se incorporo con torpeza sobre el cuerpo de Jarek, esto lo despertó abruptamente. El  hocico de un inmenso caballo gris apareció y lo ùltimo que vieron estos dos soldados polacos fue el rostro sin un ojo de Afonka que les apuntaba con sus propios fusiles.