A la
idea del hombre común de admitir como real solamente las apariencias
sensibles, se opone la idea surrealista de la existencia de aspectos, o
mejor, de planos multiples y variados de la realidad. A la idea de la
percepción sensorial como fuente única del saber se opone la concepción
surrealista del conocimiento, que proclama la existencia de infinitos
contactos entre el hombre y el mundo, escalonados
desde lo sensible a lo suprasensible. El surrealista no quiere
prescindir de ningún aspecto posible de la realidad y como consecuencia,
su actitud frente a los datos parciales de los sentidos y de la ciencia
se revela no conformista...
El surrealista no se resigna, es
esencialmente disconformista, y partiendo de principio de que la fuente
de todo conocimiento está en el interior del hombre, se sumerge en el
propio espíritu, atravezando el plano racional, y allá, en lo mas hondo
de su yo, encuentra el mundo...
El surrealismo cree, pues, en una
realidad sin limites. Su terreno de investigación es lo desconocido
ilimitado. Si al fin el conocimiento resulta de la participación del
hombre en el cosmos, es necesario buscar en la mas profunda inmersión en
sí mismo la fuente de toda sabiduria...
El surrealismo, consciente
de la amplitud de lo real, consciente de que todo sujeto en el centro
mimo de esa realidad total, busca en la inmersión en si mismo la fuente
de todo conocimiento. Y cuando retorna de su inmersión aparece con el
unico lenguaje que puede darle la idea de la totalidad de lo real: el
lenguaje poetico.