cuarenta y tres grados
al sur
un continente de esternón
y piernas.
adentro,
una fila de larvas come
la comida de la noche,
la del día siguiente,
trazan
el camino entre las
costillas.
un grupo de murciélagos
arrastra sus alas al caminar.
se creen gallos de pelea
inventando cicatrices.
mis manos
anidan viento y niebla
el miedo
es apenas una caricia.