miércoles, 16 de abril de 2014

Precisamente ahora. Rocío Wittib

Precisamente ahora
que se acaba el verano, que amenaza
con lluvias el cielo, que se mancha la ciudad
de gris, de ocre, del color invisible del viento
que levanta polvo, que arremolina basura en la esquina
que se pasea por las calles como un dios absoluto
al otro lado de esta ventana, al otro lado
de mis ojos, justo ahí, afuera
donde los árboles evidencian la llegada del otoño en el paisaje
y la luz abandona poco a poco el cielo
como yo me abandono sobre el respaldo de la silla
precisamente ahora que sin querer
me parece dulce esta contemplación inútil de la vida
de las palomas que huyen de las ramas que tiemblan
del tráfico, de la gente que camina por la avenida
sin detenerse, casi atropellándose unos a otros
de todo lo que sigue sin más su curso al otro lado de este café
mientras en el fondo de mi imaginación
suena una melodía alegre que me recuerda
que otras veces he estado aquí
que todo lo que sucede precisamente ahora
ya ha sucedido, pero también es necesario
que todo vuelva a suceder
que de eso, supongo, se trata un poco la vida
de que todo vuelva a empezar y de pronto
comience a llover la misma lluvia que nunca ha llovido.